miércoles, octubre 31, 2012

El maltrato infantil desafía las políticas públicas(Cartagena)

Protejer la Niñez es responsabilidad de todos..

 Cartagena Publicado el 31 de octubre de 2012 - 12:01 am.
En Cartagena y en los municipios del norte y centro de Bolívar, los casos de maltrato en los niños y adolescentes se dan en todas las modalidades: desnutrición, explotación laboral, abuso sexual, maltrato físico y sicológico.
El panorama quedó expuesto en unas mesas de trabajo convocadas  por el Instituto de Bienestar Familiar a las que fueron invitados padres de familia, líderes comunitarios, comisarios de familia, funcionarios de las alcaldías y la Gobernación y los mismos niños, adolescentes y jóvenes.




El encuentro realizado en el hotel Almirante Cartagena, tuvo como objetivo recoger las voces de todas las organizaciones sociales para alimentar la rendición de cuentas sobre la política pública nacional de primera infancia, infancia, adolescencia y juventud, que hará el presidente, Juan Manuel Santos, el próximo 28 de noviembre. Estos diálogos se están realizando en las principales ciudades del país.
Las razones
Según los participantes, el principal factor que contribuye a que el panorama de los menores sea caótico es la falta de educación y oportunidad laboral de los padres.
“En muchos hogares de Colombiatón, los niños sólo comen lo que se les brinda en el hogar comunitario. A diario se reciben niños sin desayuno, incluso niños que no cenaron la noche anterior”, comenta Adriana Pérez Berdugo, quien hace un año es madre comunitaria en este barrio de Cartagena.
En todas las mesas de trabajo se concluyó que la pobreza es un aspecto que predispone a la violencia externa e interna en el hogar.
“Cuando los padres no tienen un trabajo fijo, un día tienen para comer y otro no. Eso lógicamente se traduce en desnutrición. A eso se le suma que las familias son numerosas, es decir la comida alcanza menos. Hace falta más educación que concientice a los padres del número de hijos que deben tener de acuerdo a sus recursos monetarios e implementar planes estatales que eviten las causas de los desplazamientos porque la falta de un territorio estable agudiza la pobreza”, precisa Dieder Meza, capitán del cabildo Indígena Nuevo Porvenir, del municipio de Marialabaja.
Sin proyectos de vida
Otros aspectos analizados en el encuentro fue el uso de las drogas a temprana edad y los embarazos en adolescentes. En el análisis de estas situaciones salieron a relucir los mensajes contradictorios que envían a los niños, adolescentes y jóvenes, diversos programas de televisión y de radio, el contenido de muchas canciones y algunas lecturas y fotografías de medios impresos.
“La ausencia de padres es muy frecuente en los hogares por razones de trabajo o por rotura en la relación familiar. Esa ausencia casi siempre la suplen los medios de comunicación y el mensaje que les llega a través de este canal, muchas veces es equivocado y va en contra vía de la información que se le brinda a los menores a través de los programas de salud y prevención”, resalta Margeris Ríos, líder del programa social del municipio de Santa Catalina.
Hace falta acción
Entre las peticiones de los participantes en las mesas de trabajo está pasar de las charlas a la acción. “Son varias las instituciones educativas que no están dando la cátedra de educación sexual, a pesar que de que está contemplada en los programas educativos. Esta clase es importante porque muchos jóvenes actúan por desconocimiento”, sostiene Margeris Ríos.
Otra inconformidad de la que se habló es que el sistema educativo está fallando en no orientar a los menores para que elaboren un proyecto de vida. “Los colegios deben tener un registro de las aptitudes del joven y exhortarlos a que desarrollen sus talentos. Las clases no deben ser únicamente académicas, también deben aportar a cultivar los valores y la importancia de las metas.
“Los jóvenes están saliendo de los colegios con vacíos, no saben qué van a hacer en la vida y si a eso se le agrega la falta de oportunidad laboral de los padres, el problema es más agudo. En los municipios, por ejemplo, los padres no sólo tienen que pensar en el dinero para las matrículas, sino para el sostenimiento del joven en otra ciudad. Todo esto lleva a la desocupación y ésta a originar situaciones delictivas como las pandillas”, expresa Ríos.
“Los adolescentes se están iniciando en las drogas a muy temprana edad, entre los 11 y 12 años. Es una lastima ver como se pierde la vida de estos niños”, agrega Adriana Pérez.
Círculo a romper
A juzgar por lo expuesto en las mesas de trabajo, mejorar la situación de los menores en Bolívar es un desafío extremo para el Estado.
“La violencia en las familias es multicausal. El menor que se levanta en una situación de conflicto conyugal, a los seis años se esconde o llora. A los 12 años ya se enfrenta al padre agresor y cuando es adulto tiende a repetir la conducta activa del agresor o pasiva de la víctima. Es un círculo que para romperlo hay que educar tanto a padres como a los menores en el amor porque es a través de este sentimiento que se fortalece el ser humano”, manifiesta la comisaria de familia, Margarita Robles.
Si se quieren niños felices y protegidos hay que implementar una política pública eficiente, brindarle herramientas a los funcionarios y líderes que tienen el deber de restablecer la dignidad de los niños y se deben ejecutar estrategias para que en todos los hogares se conozcan y practiquen las pautas de buena crianza, los patrones de comportamiento y el principio de corresponsabilidad entre la familia, la sociedad y el Estado.


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