miércoles, noviembre 07, 2012

Los insultos y golpes no son métodos de formación, son la forma más eficaz para reproducir la violencia

Protejer la Niñez es responsabilidad de todos..


Por responsabilidad

Los insultos y golpes no son métodos de formación, son la forma más eficaz para reproducir la violencia
La Razón / Lucía Sauma
00:50 / 01 de noviembre de 2012
El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión”, así dice el principio 6 de la Declaración de los  Derechos de los Niños, pero la realidad en el  país muestra a muchos padres con recursos económicos suficientes que dejan a sus hijos encerrados al cuidado del hermano mayor,  que también es un niño y sólo con un refresco y pan como alimento para todo el día. En los hechos no hay amor ni comprensión para miles de niños bolivianos; en cambio, Unicef da la cifra de 20 mil niños que viven en completo abandono de sus progenitores.
Ocho de cada diez niños reconocen haber sido víctimas de algún tipo de violencia física, psicológica, sexual o abandono. Son los resultados de la investigación realizada en Bolivia por Visión Mundial, este 2012, Año de la No Violencia contra la Niñez y la Adolescencia. Los niños menores de un año son las principales víctimas del maltrato infantil, especialmente de sus padres. Esto implica que, incapaces de razonar, los adultos recurren a la brutalidad para moldear a seres indefensos que no tienen otro pecado que el haber sido concebidos por personas no preparadas en el arte de crecer como seres humanos.
El maltrato tiene consecuencias en la salud mental de los niños, puede generar adicciones a las drogas o al alcohol, puede generar conductas sexuales de riesgo, así se forman los violadores. Niños que soportaron, en sus cortas vidas, años de violencia, de maltrato y negligencia pueden  terminar muertos,  como consecuencia de los castigos.
Si una enfermera o un médico sospecha que un niño es maltratado, no debe callar, inmediatamente debe denunciar el hecho. Si un profesor nota que un niño no atiende en clase, si lo ve retraído o presenta moretones, está demasiado callado o, por el contrario, reacciona con agresividad, no debe permanecer indiferente, porque detrás de la  conducta de ese niño hay un pedido de auxilio que no se debe ignorar. El castigo, los insultos o los golpes no son métodos de formación; son más bien las formas más eficaces para reproducir la violencia. La víctima de hoy, será el verdugo de mañana. El mundo adulto ha confundido castigo con educación.
Todos somos responsables de los niños. No permitamos violencia contra ellos en ningún lugar, en la casa,  en el aula, en la calle. Repitamos hasta el hartazgo que la violencia no es normal, que los niños deben crecer amorosamente bajo el amparo de sus padres. La sociedad y las autoridades públicas tienen la obligación de cuidar a los niños y niñas, cumplir y hacer cumplir sus derechos. Antes de castigar a un niño por lo que hace es bueno recordar que sólo está repitiendo lo que ve hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario